Frágil estabilidad

Una de las explosiones. AP

Hay muchos síntomas para descubrir cuando el Gobierno, una administración o la Justicia empiezan a alejarse de los ciudadanos a los que, en teoría, sirven. Uno, sin embargo, es definitivo. En todos los países hay quienes, cansado de argumentar, de pelear con las palabras, pasan a las armas. Defienden e imponen sus ideas con violencia. Normalmente la sociedad los rechaza. La creencia de que tus opiniones deben ser escuchadas por encima del ruido general, la imposición al resto del mundo de una moral que no comparte o el asesinato por la simple frustración del fracaso suelen chocar de frente con una sociedad unida.

No obstante, hay ocasiones en que esa violencia, en lugar de ampollas, levanta simpatías. Cuando ETA  acabo con el futuro del franquismo volando el coche de Carrero Blanco, muchos españoles lo celebraron en la intimidad de sus casas. En Irlanda del Norte, por su parte, un significativo porcentaje de los católicos vieron en el IRA la única manera de defenderse de la discriminación inglesa. Ambos grupos representaron de una u otra forma, los anhelos de grandes sectores de la sociedad que se sentían acorralados. Luego, con el tiempo, los terroristas perdieron ese hálito de luchadores para descubrirse como lo que son: simples asesinos.

El triple atentado que ayer por la mañana causó dos muertos en China tiene muy pocas similitudes con los dos grupos terroristas. Después de luchar durante años contra la expropiación y demolición de su casa, un ciudadano decidió vengarse de la administración con explosivos. Sin embargo, pese a ser un caso individual fruto del hastío, no ha provocado la repulsa esperada. Al contrario, muchos internautas chinos se solidarizaron con el granjero y los mensajes de comprensión se sucedían en las redes chinas horas después del ataque.

La posibilidad de que algo amenace su  poder sigue siendo remota, pero el partido comunista debería tener cuidado. Cuando una sociedad apoya a los violentos es que empieza a sentir que el resto de salidas ya se han cerrado.